Compartimos las declaraciones del Plenario de Secretarios y Secretarias Generales de nuestro sindicato, llevado a cabo desde las nueve de la mañana de este jueves 06 de mayo.
Le exigimos al gobierno de Bordet que no le siga dando la espalda a la clase trabajadora y a los sectores populares
Ha pasado ya más de un año y la humanidad continúa padeciendo el flagelo de la pandemia. Y mientras el virus no cede en su expansión, replicándose en sucesivas “olas” y mutando en nuevas cepas, el capitalismo muestra su rostro más voraz y siniestro, las grandes potencias se encuentran en plena lucha por acaparar la mayor cantidad de stocks de vacunas posibles. A fuerza del poder del dinero y del mercado vienen marcando el rumbo de una carrera profundamente desigual e injusta para los demás países del planeta.
Así, paradójicamente –o no- un virus que surgió y golpeó con dureza a las principales potencias del mundo hoy azota de la manera más cruel en las sociedades más pobres, que cuentan con recursos muy limitados o escasos para poder afrontar, en mejores condiciones, esta crisis sanitaria que –como venimos sosteniendo- es además económica, social y ética.
En esta lucha, desigual, el Estado argentino ha venido firmando desde el año pasado convenios con los principales laboratorios con el propósito de contar con la provisión de insumos necesarios que garanticen la vacunación de la mayor parte de nuestra sociedad. Hoy, como otras naciones, debe salir a pelear y a exigir el cumplimiento de los mismos, que además han sido pagados. Los recursos que en la mayoría de la comunidad internacional en este contexto faltan están en los centros del poder global, así funciona el capitalismo. Y hablamos del Estado como espacio institucional en donde debe expresarse el interés colectivo, y no de un partido político que coyunturalmente ejerce el gobierno de un país. Son cosas absolutamente distintas.
Desde ese lugar entendemos que nuestra sociedad se encuentra en un momento muy delicado. Estos meses de pandemia han producido cansancio y desgaste. La crisis sanitaria profundizó la gravedad de la situación económica en la que nos encontrábamos antes de la pandemia, ha crecido la pobreza y la indigencia, golpeando duramente a las y los trabajadores y a los sectores más vulnerables. Por el contrario, los oligopolios agrícola-ganaderos, alimenticios, financieros y de bienes y servicios continúan ganando a tasas incluso mucho más altas que antes del impacto del COVID.
En este marco lo que está claramente en riesgo es la necesidad imperiosa de mantener el interés común y la búsqueda de acuerdos y consensos como la mejor manera que tenemos para afrontar la pandemia. Observamos con mucha preocupación la aparición de discursos que buscan desplazar de escena estos esfuerzos, buscando vaciar de significado el pensamiento colectivo, que es clave y urgente sostenerlo para superar estos tiempos. No podemos equivocarnos, es muy claro que la pandemia comienza a no ser un problema de tratamiento sanitario para convertirse en una cuestión a dirimirse en el terreno de la mera especulación política, en el marco de la disputa electoral. Y eso es jugar no con fuego, sino con la vida.
Todas y todos sabemos que esta “segunda ola” se presenta mucho más agresiva en su transmisión y capacidad de impactar en la salud de las personas, y el sistema sanitario se encuentra seriamente comprometido. Han crecido en forma alarmante la cantidad de enfermos y de decesos. Las trabajadoras y trabajadores de la salud, agotadas y agotados no aflojan en su batalla por la vida mientras insisten en todo momento en ponernos en alerta sobre lo que realmente está pasando. Y mientras esto sucede, sectores partidarios, negacionistas y autoritarios, oxigenados por los medios de comunicación alineados, machacan cotidianamente por transformar la angustia y el cansancio real y genuino de la población en un malestar permanente, alentando la salida individual e instalando falsos debates, como la presencialidad o la virtualidad, exigiendo la presencialidad a cualquier costo, en una actitud claramente mezquina, con el resto del pueblo.
Resulta ofensivo que las autoridades educativas den entidad a estos grupos como si tuvieran representatividad de las comunidades educativas y del colectivo. Aquí el problema no es pedagógico, es sanitario. La experiencia de otros países, desde los europeos hasta nuestros vecinos (Uruguay, por ejemplo) nos aporta el concepto de presencialidad cuidada como herramienta clave, cuando el nivel de contagios aumenta se pasa preventivamente a la virtualidad con un período de tiempo (por lo general no inferior a 15 días). Así, además, lo recomienda la OMS. Por eso el reciente fallo de la CSJ de la Nación va a contramano de lo que han hecho la mayoría de las naciones, y es claramente político.
Entre Ríos no es la excepción, de acuerdo a los datos aportados por el IIE de AGMER y estadísticas oficiales se observa –notoriamente- un preocupante aumento en los casos de contagio de trabajadoras y trabajadores de la educación, del personal auxiliar y de nuestros alumnos y alumnas, de la misma manera han crecido la cantidad de burbujas aisladas. Porque el problema no está solamente en la escuela, como espacio físico, sino además en el traslado y transporte de quienes aún no están vacunados (solo una ínfima parte de las y los docentes poseen la primer dosis de vacuna; las y los alumnos no la han recibido; y en estas últimas semanas el 80% de los casos en la provincia es de jóvenes entre 12 y 18 años). En los niveles donde mayor circulación de personas hay (primario y secundario) aún no han recibido ninguna dosis.
Las estadísticas de la plataforma “Cuidar Escuelas” no reflejan la realidad y complejidad de la situación. Por un lado, sus limitaciones técnicas impiden el correcto acceso a los referentes Covid de las instituciones, por lo que las cargas no se pueden efectivizar, y por otro simplifica la situación a números que no representan lo que sucede en la escuela, en la familia, en lo administrativo de cada uno de esos casos confirmados. Desde AGMER lo venimos diciendo insistentemente, porque el virus no discrimina entre niños/as, adolescentes o adultos, no se frena en la puerta de una escuela, obviamente.
Tampoco los medios hegemónicos hablan de los derechos de las y los trabajadores de la educación que se vienen vulnerando. La patronal dispuso (porque así debe ser) que el personal de riesgo trabaje desde su casa de manera remota, pero a la vez emite la Resolución 980/21 CGE que exige la toma efectiva presencial.
AGMER tiene un profundo compromiso con la escuela pública, con nuestros gurises y gurisas, con los sectores más desprotegidos y abandonados por años, y con la presencialidad, y por ello no sólo planteamos que se debe dar lugar a la continuidad del calendario de vacunación del personal docente y no docente de toda la provincia, sino también demandamos al gobierno mayores partidas para los módulos alimentarios y la copa de leche de nuestros gurises, gurisas y sus familias.
Las maestras y maestros, profesoras y profesores somos los que más necesitamos estar con nuestros gurises y gurisas, porque nada es más urgente que consolidar ese vínculo pedagógico vital y necesario que forma parte de nuestra historia educativa. Pero en este contexto, dramático por el avance implacable de una pandemia que ha aumentado su poder de contagio, que ha puesto en una profunda tensión a nuestro sistema de salud, son necesarios prudencia, razonabilidad y cuidado de la salud y la vida.
Exigimos el mismo compromiso de parte del gobierno político y educativo. Con medidas claras, sin especulaciones y con la decisión política de destinar los recursos de las y los entrerrianos a las necesidades más urgentes de nuestro pueblo. No puede repetirse la experiencia del 2020, cuando sólo el esfuerzo de la comunidad educativa sostuvo la escuela pública, sin respuestas a las demandas por conectividad a cargo del estado, presupuesto para las condiciones edilicias y de infraestructura, partidas de limpieza e higiene, etc.
Sostenemos la necesidad de suspender de manera preventiva el trabajo presencial en los departamentos donde se registran circulación comunitaria, por 15 días, sosteniendo la educación a distancia durante ese período, con la evaluación permanente del proceso, en acuerdo con los protocolos aprobados en el Consejo Federal de Ministros de Educación. Del mismo modo, reclamamos los COES, provincial y departamentales, que actualicen y den a conocer información certera sobre los índices de transmisión, ausentes desde hace semanas.
Reiteramos lo que venimos planteando desde el año pasado en Plenarios y nuestros Congresos: es necesario avanzar en la vacunación del personal docente y no docente, tal fuera el compromiso anunciado a principios de año. Una presencialidad cuidada necesita del personal escolar vacunado.
Finalmente manifestamos: la educación no puede ser objeto ni espacio de batalla donde se dirimen cuestiones político-electorales. Seguimos sosteniendo a la educación como derecho social, frente a sectores que siguen insistiendo en la esencialidad de la escuela como argumento para avanzar en la quita de derechos e impedir las luchas y los reclamos del colectivo de trabajadores. Exigimos a las dirigencias partidarias que estén a la altura de la gravedad de la situación y asuman la responsabilidad de afrontar, con diálogo y respeto, las soluciones que nuestra sociedad demanda para superar entre todos y todas esta pandemia.
Convencidos, volvemos a reiterar: la salida es colectiva y la mejor manera de protegernos es cuidando a las y los demás.
Resoluciones:
1. Exigir la urgente continuidad del plan de vacunación a trabajadores docentes.
2. Demandar el sostenimiento de la no presencialidad en los territorios que registran transmisión comunitaria.
3. Solicitar el estricto cumplimiento de los protocolos sanitarios en las escuelas.
4. Instar a que se garanticen la conectividad y los insumos necesarios para el trabajo no presencial.
Plenario de Secretarias y Secretarios Generales de AGMER
#LaLuchaEnLaCalle #AgmerSeccionalVillaguay