Con un aumento del 4,8% en relación a abril, los alimentos pegaron un salto. Para no ser pobre, una familia necesitó casi 19 mil pesos por mes.
Según la última encuesta del INDEC, la Canasta Básica Alimentaria de mayo, que establece el parámetro para no ser indigente, subió un 4,8% en relación a abril, el salto más elevado del año.
En lo que va del año, acumula un aumento del 12,5% y un 24,9% en relación al mismo mes del año anterior. En dinero, una familia tipo necesitó $7.473,63 para no ser indigente. Para no ser pobre, la misma familia necesitó $18.833,55.
En tanto un adulto necesitó $2.418,65 para no ser indigente, y $6095 para no ser pobre.
La Canasta Básica Total que establece el umbral de pobreza subió en mayo un 3,2%, el segundo aumento más alto del año luego del pico de febrero (3,3%). Acumulado, en 2018 ya aumentó un 12,9% y un 28,4% en relación a mayo de 2017.

Por encima de la inflación

Las dos canastas registraron aumentos por encima del índice de precios minoristas (11.9% según el INDEC) tanto en la comparación mensual como en la interanual.
Las variaciones de ambas canastas se encuentran por encima del Índice de Precios al Consumidor, que en mayo pasado mostró una variación mensual del 2,1%, del 11,9% para los primeros cinco meses y del 26,3% en la variación interanual de los últimos doce meses.
Los aumentos de mayo respecto de abril, de ambas canastas, casi duplicaron la variación de los precios minoristas del mismo mes.
La última medición correspondiente al segundo semestre arrojó que el 25,7% de los habitantes era pobre y, entre ellos, 4,6% era indigente.
El próximo informe sobre niveles de pobreza e indigencia será el correspondiente al primer semestre de este año y se conocerá el 27 de septiembre.
Los datos corresponden a la valoración mensual que realiza el INDEC de la Canasta Básica Total (CBT), que reúne los bienes y servicios básicos para una familia tipo de cuatro miembros, formada por dos adultos y dos menores, del área del Gran Buenos Aires.
Para el relevamiento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), se toman en cuenta los precios de los artículos que reúnen las necesidades kilocalóricas y proteicas imprescindibles para una familia.
En tanto, en lo que va de junio el peso acumula una depreciación del 11,25% y alcanza así el 50% desde que arrancó el año.
Esta fuerte caída del peso frente al dólar hace prever un recalentamiento de la inflación por el traspaso a precios de la devaluación.