Cronología
La represión policial ordenada por el entonces gobernador Sobisch en el corte de la ruta 22 en la provincia de Neuquén, en el marco de una protesta y huelga docente, hizo que el maestro Carlos Fuentealba sea alcanzado por una granada de gas lacrimógeno el 4 de abril de 2007. Murió al otro día. Continúa el reclamo de Justicia Completa.
Este 4 de abril, se cumplen 11 años de una jornada fatídica para los trabajadores en general y docentes en particular, ya que el corte de la ruta 22, en la provincia de Neuquén, realizado en el marco de una huelga del sindicato docente ATEN en 2007, fue reprimido por la policía provincial. Allí, el docente Carlos Fuentealba fue alcanzado a corta distancia por una granada de gas lacrimógeno.
Tenía 41 años y murió al día siguiente en el hospital Castro Rendón. Dictaba clases de Química en varias escuelas pero tenía la mayor carga horaria en el CPEM Nº69 ubicado en los humildes barrios del oeste neuquino, y era delegado. Antes de ser docente forjó sus ideas como trabajador de la UOCRA y como un gran luchador según recuerdan sus compañeros.
Cabe recordar que el año escolar 2007 en la provincia de Neuquén comenzó con un paro docente por 72 horas que exigía un salario básico igual a la canasta familiar, eliminación del presentismo, la extinción del trabajo precarizado y defendía los salarios de los jubilados.
A 10 años de ese terrible hecho, se sigue reclamando Justicia Completa y repudiando “la impunidad garantizada por el poder político y la Justicia neuquina al entonces gobernador Sobisch –quien reconoció que dio la orden de reprimir- y a los 15 policías que tuvieron a cargo el operativo”.
Tenía 41 años y murió al día siguiente en el hospital Castro Rendón. Dictaba clases de Química en varias escuelas pero tenía la mayor carga horaria en el CPEM Nº69 ubicado en los humildes barrios del oeste neuquino, y era delegado. Antes de ser docente forjó sus ideas como trabajador de la UOCRA y como un gran luchador según recuerdan sus compañeros.
Cabe recordar que el año escolar 2007 en la provincia de Neuquén comenzó con un paro docente por 72 horas que exigía un salario básico igual a la canasta familiar, eliminación del presentismo, la extinción del trabajo precarizado y defendía los salarios de los jubilados.
A 10 años de ese terrible hecho, se sigue reclamando Justicia Completa y repudiando “la impunidad garantizada por el poder político y la Justicia neuquina al entonces gobernador Sobisch –quien reconoció que dio la orden de reprimir- y a los 15 policías que tuvieron a cargo el operativo”.
La represión y el asesinato
El miércoles 4 desde muy temprano más de medio millar de docentes de toda la provincia se dirigió al lugar donde se realizaría el bloqueo. Al llegar, encontraron móviles y efectivos policiales que, cuando comenzaban a preparar el piquete, iniciaron una furiosa represión. La retirada se dirigió hacia Senillosa, unos 15 kilómetros. La cantidad de vehículos dificultó la marcha. La velocidad era mínima. La policía no dejaba de tirar gases lacrimógenos y balas de goma.
Tras varias instancias de represión, el cabo de los grupos especiales Darío Poblete disparó con una escopeta lanzagranadas a pocos metros del auto que transportaba a Carlos Fuentealba e impactó en su cabeza.
Fuentealba fue trasladado al hospital Castro Rendón en Neuquén Capital, el de máxima complejidad provincial. Al otro día, durante la tarde, el parte médico informó su muerte cerebral.
Mientras en Arroyito se sucedía la represión, la multisectorial de organizaciones sociales y políticas de Neuquén se comenzó a reunir para repudiar lo sucedido en el centro de la ciudad. Allí esperaron a quienes volvían de Arroyito. Cuando llegaron, pasado el mediodía, todos marcharon hacia la casa de gobierno. Un sector se quedó allí y otro se dirigió hacia el puente que durante una semana permaneció cortado.
El miércoles 4 desde muy temprano más de medio millar de docentes de toda la provincia se dirigió al lugar donde se realizaría el bloqueo. Al llegar, encontraron móviles y efectivos policiales que, cuando comenzaban a preparar el piquete, iniciaron una furiosa represión. La retirada se dirigió hacia Senillosa, unos 15 kilómetros. La cantidad de vehículos dificultó la marcha. La velocidad era mínima. La policía no dejaba de tirar gases lacrimógenos y balas de goma.
Tras varias instancias de represión, el cabo de los grupos especiales Darío Poblete disparó con una escopeta lanzagranadas a pocos metros del auto que transportaba a Carlos Fuentealba e impactó en su cabeza.
Fuentealba fue trasladado al hospital Castro Rendón en Neuquén Capital, el de máxima complejidad provincial. Al otro día, durante la tarde, el parte médico informó su muerte cerebral.
Mientras en Arroyito se sucedía la represión, la multisectorial de organizaciones sociales y políticas de Neuquén se comenzó a reunir para repudiar lo sucedido en el centro de la ciudad. Allí esperaron a quienes volvían de Arroyito. Cuando llegaron, pasado el mediodía, todos marcharon hacia la casa de gobierno. Un sector se quedó allí y otro se dirigió hacia el puente que durante una semana permaneció cortado.
Hoy
Hoy, 4 de abril de 2018, nos sigue faltando un MAESTRO, con mayúsculas. Uno que trabajó con amor y pasión junto a los más humildes y que luchó junto a sus compañeros de manera incansable por los derechos de los trabajadores, desde el primer momento en que entró a un aula para enseñar… hasta el mismo día en que la sed de muerte de un criminal y la miseria de un gobierno asesino le arrebataron la vida y mancharon las calles con sangre. Ese día Carlos dio su última clase, pero el ejemplo de su lucha seguirá guiando nuestros reclamos hasta el momento en que Jorge Sobisch y todos los culpables sean juzgados y cumplan condena en la cárcel.
Recopilación Secretaría Gremial Agmer Seccional Villaguay.